15 de enero de 2010

Cosas que pasan.

Ayer tuve la satisfacción de vivir una de esas cosas que nadie espera y, sin embargo, ocurren. Hará cosa de cuatro o cinco años, no lo recuerdo exactamente, conocí a un tipo (al que llamaremos Bruce) argentino y en el que coincidí con él en el rodaje de un cortometraje que el propio Bruce dirigió y produjo.


Pues bien, desde la finalización de aquel cortometraje no volvimos a vernos. Sólo supe de él que se fue a Londres a estudiar y, supongo, aprender el idioma. Y ayer, al volver del gimnasio y recoger el correo del buzón, me encuentro con un sobre proveniente del Reino Unido y cuyo remitente era Bruce. En el interior venía una copia en DVD de varios de sus cortometrajes, incluyendo en el que participaba yo como director de fotografía, y una postal navideña felicitándome el año nuevo.

Puede parecer una gilipollez, pero el detalle me alegró el día. Por supuesto, le he mandado un mail agradeciéndole su misiva y le he dado también las gracias por la copia enviada.

Resultan curiosas éste tipo de cosas en estos tiempos, en los que el individualismo y el desinterés por los demás prima en nuestra sociedad. Joder, ni siquiera mis amigos saben bien cuando cumplo años (salvo mi chica) y, para no dejar de decir la verdad, yo tampoco me acuerdo del de mis amigos. No sé si algo así de parecido a esto le ha pasado a alguien más o no, pero tengo que decir que me agradó y por ello he querido compartirlo con vosotros.

Como no se me ocurría ninguna viñeta medio decente, dejo ésta, que aunque me podáis tachar de infantil, ñoño, raro, gilipollas o lo que os venga en gana, es lo que me apetece decirle a Bruce.

Saludos.

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